Codigo "Rosita"

La Flor, imprentera y gestora, lo bautizó así. Es que estuvo toda la tarde del sábado abriéndome las puertas del html. Y hacia allá, fui, yo como loca. En medio de ese calorón corríamos las dos por la web. Por suerte, el ejercicio virtual no deshidrata el cuerpo.
Así, al trotecito cómodo de la que sabe llegar en paz, modificamos la cara de esta casa-poemario, acompañadas por litros de tereré, el Pablo que leía y las mascotas en sus roles habituales. Luego, con lo aprendido mas lo poco que yo se del asunto, debería ingeniármelas para terminar de personalizar la casa virtual.

Cuando por fin elegí una plantilla de blog y la bajamos para "tunearla",  Flor me preguntó con que nombre la designábamos para reconocerla: Código Rosa, dije.

Claro. Cambiar la cara fue pensar de nuevo formas, colores, figuras. Me guste o no, esta es una Niña cuyo color no es el violeta bonito o el adorado naranja. Pretende su coloración personal, que coincide con lo tradicional para las nenas. El color de la culpa, del sometimiento, de "cruzá las piernas que se te ve la bombacha" representa a esta niña... y entonces ¿qué soy yo, en relación a Niña Rota? ¿La cara de quien será presentada acá? ¿Yo, mujer de casi cuarenta, en mi espiralada relación con la Niña? ¿La cara de la Niña? ¿Ninguna de las anteriores, esta es la cara de un futuro libro de poemas? ¿y que significa todo esto, aquí y ahora? 

Esos interrogantes me siguen atravesando mientras aprendo los primeros divs y demás ecuaciones complejas de un lenguaje, mudo para mi hasta este entonces. 

La buena noticia es que la Flor ya compró el papel, por lo tanto no deberemos soportar los incrementos en su precio que, de seguir como viene hasta ahora, en febero 2014 puede llegar a ser de un 50% o 60% mas con respecto a este noviembre lluvioso que estamos disfrutando.

La mejor novedad es que aprendí, haciéndolo, a modificar mi casita como quiera. ¡Oh, alegría de Domingo y Lunes feriado!

Papeles de fin de año...

Voy armando una fanpage en facebook. Crear los textos no es problema, es simplemente expresar por escrito parte de lo que me sucede. El problema de esta semana es el tiempo.

Niña Rota, malcriada, decide comenzar a materiarializarse a fin de año. Yo, temerosa de sus inseguridades, hago de tripas corazón y arranco. Cuando todo lo demás esta avanzado y en vias de finalizar. Con el cansancio del año encima. en plena acción de la casita que, coqueta, busca embellecer su rostro. Afrodita querida, ¡regalame tiempo!

Papel

Alegría de lunes: hay papel para la Niña Rota. 

¡Ampliaremos!

Foto: guardando instantes

Velas al viento

La ansiedad es un problema. Suponía que en este post les iba a contar de que trataba la última porción de mi primer libro de poemas, Niña Rota, pero prima la necesidad de registrar las incertidumbres, las alegrias de las certezas,es decir, las emociones varias que me van transpasando en el aquí y ahora de este trayecto de impresión. 

Hace no tantos días que nos decidimos, la Niña y yo, a marcar el papel; y luego de confirmar con mi ya actual imprentera-editora via mail, que esta vez tenía muchas ganas y completa decisión, cesó por un tiempo el intercambio. Y nada de nada.

La Flor es, ademas de excelente persona, coherente y confiable. Y amiga. Por lo tanto, no hubieran debido preocuparme los silencios temporales; más teniendo en cuenta que ella me previno al respecto, con un escueto pero contundente "tengo algunas cosas para resolver, luego seguiré adelante con vos a full" o cosa por el estilo. 

Y sin embargo... ¿como detonar esa carcoma en el estómago, cuando al abrir el mail, no aparecía ninguna noticia suya? ¿como no castañetear los dientes durante dos nocturnos minutos diarios en frente de la mensajería de fb, al ver qe no tenía ningún aviso de su presencia? Ni un sms... ¡Ay demonios de la inquietud! y que importaba si rendía bien el final, o nació sin problemas la sobrina política... ¿y mi libro? ¿Dónde estaría mi tan proyectado libro? 

Por que la mismísima Niña Rota ama jugar a las escondidas. Y cuando se esconde, no hay poder que la encuentre. Ya sucedió anteriormente, en el 2010 o 2011, creo. Y el año pasado, si no me equivoco, la pequeña asomó sus escombros con tal decisión, que yo confié en la certeza de su visibilidad; tan es así, que además de repartir su voz por los mails de las amigas, se la presenté en aquellos tiempos a Flor, actual imprentera. 

La Niña Rota acudió a ése encuentro donde conocería a quien la anudaría con tinta; sonrió con sus ojazos lastimados y la muy pérfida hasta aseguró su presencia. Bastaron dos días para que caminara con su vocecita aguda hacia algún recoveco de esos que ella encuentra en las profundidades de mi dolor; y así, en las oquedades que le son tan cómodas, silenció su lamento y decidió que no era ésa la primavera suficiente. 

Yo quedé, de nuevo, varada en su ausencia. Y la Flor imprentera, que se toma todo con un espíritu pragmático envidiable, ni siquiera perdió el tiempo en la emisión de un comunicado.

Pero como ahora percibo que La Niña Rota está firmemente cimentada en los engranajes de una balada, no sufro su ausencia... si no la de los demás. 

De todos modos, hoy, domingo de bendiciones (y quien lo diría así, tan religioso) nos comunicamos con la querida editora y ahí vamos, dando los golpes de timón necesarios, para encontrar el viento a favor de la poemaria "Niña Rota".